Unas propiedades únicas que permiten la creación de texturas ligeras y esponjosas.
Se trata de una proteína derivada de la clara de huevo, deshidratada y transformada en polvo, lo que facilita su almacenamiento y uso en una amplia variedad de recetas. La albúmina es conocida por su capacidad para formar espumas estables y voluminosas, lo que la convierte en un componente clave en la elaboración de merengues o mousses.
En repostería, la albúmina se utiliza para preparar merengues italianos, franceses y suizos, entre otros, ya que su capacidad para atrapar aire y crear una estructura firme es fundamental. Es un ingrediente estupendo para hacer macarons, logrando una textura perfecta y una superficie lisa y brillante. También se emplea en la fabricación de glaseados y decoraciones, proporcionando un acabado profesional a pasteles y postres. Su capacidad para emulsionar y estabilizar mezclas la hace indispensable en la preparación de helados y cremas, asegurando una textura suave y cremosa.
La albúmina no solo ofrece ventajas técnicas, sino que también es una opción práctica y versátil para los reposteros. Al ser un producto en polvo, tiene una vida útil prolongada y no requiere refrigeración, lo que facilita su almacenamiento y disponibilidad. Además, es una excelente alternativa a la clara de huevo fresca, especialmente en recetas que requieren precisión y consistencia.
Mezclar con agua y batir hasta conseguir el volumen deseado. Incorporar el edulcorante adecuado (azúcar).
Ingredientes: azúcar, albúmina de huevo desecada, gomas naturales (E414), ácido tartárico (E334), citrato trisódico (E331). Cotiene huevo. Puede contener trazas por reenvasado de: soja, frutos de cáscara, gluten, leche (lactosa) y cacahuetes.
Almacenar en envase original en lugar limpio, fresco, seco y sin olores, sin cambios bruscos, alejado de fuentes directas de luz y calor.